Este arcano corresponde con el signo zodiacal de piscis. En esta carta podemos ver como en la escena se sitúan; un cangrejo que no sabemos si avanza o no, un perro que observa atentamente a la luna y a su lado un lobo que muestra sus dientes, 2 torres una a cada lado y una luna con rostro enfadado dentro de un sol.
En el camino del loco, es el momento de enfrentarnos a nuestras dudas, reconocer nuestro inconsciente y tratar de abrirnos camino dejando lo conocido a un lado representado por las 2 torres que se sitúan a los lados.
Las dudas reflejadas por el cangrejo surgen ante un paisaje que invita a pensárselo 2 veces antes de cruzar el camino. La luna parece mostrarnos 2 aspectos que no hacen sino que confundirnos, el aspecto amable expresado por el perro que observa atentamente al sol y un aspecto más fiero que nos muestra el lobo enseñando sus dientes ante una luna que enfadada muestra su rostro.
A pesar de la circunstancia el camino está iluminado y parece invitarnos a que dejemos atrás las seguridades y movidos por el inconsciente y la emoción sigamos el impulso vital que nos lleva a avanzar, aun cuando no, tengamos la certeza de donde nos guiaran nuestros pasos.
Es momento de abrazarnos tal cual somos, de confiar en lo no visible y continuar el camino aunque la imagen no invite a la esperanza. Nuestro héroe no sospecha que tras la luna llega el Sol, el siguiente arcano, al igual que tras la noche se sucede el día. Esta carta nos habla de las emociones, del inconsciente, de lo sinuoso de la vida que como camino no se muestra como una línea recta.
Parece indicar que estamos en un punto del viaje donde el retorno hacia lo conocido, hacia lo ya explorado, no es posible y la única solución que se atisba en el horizonte es avanzar hacia lo desconocido.
Para mi esta carta nos indica la necesidad que tenemos todos de reconciliarnos con nosotros mismos y nuestra propia oscuridad, aceptando que esa oscuridad la tenemos todos y asintiendo y diciendo SI a la vida tal cual es.
La vida te está invitando a que profundices en las raíces de tus problemas, a que no te quedes en la superficie y aceptes tus sombras, tus dudas ,ya que forman parte de tu aprendizaje .Nos habla este arcano del sueño, la infancia, la magia y la fantasía. La luna representa el conocimiento oculto que tenemos y que a través de la intuición conocemos.
Para mi esta carta representa la dualidad expresada en 2 actitudes tan dispares como comunes en nuestra vida que son la serenidad expresada por el perro y el enfado o agresividad expresada por el lobo. A través de la imagen parece invitarnos a que dejamos atrás la dualidad en nuestra vida independientemente de cómo la luna se muestre para poder seguir por el camino y acabar rindiéndonos en el arcano siguiente que es el Sol asintiendo y diciendo SI a la vida con todo.
Creo que ese es el gran reto que nos marca esta carta, dejar atrás la dualidad para comprender que todo es necesario, que nada sobra, que lo único que necesitamos es cambiar nuestra visión dual para ser conscientes que todos somos uno y en este juego el loco que todos somos busca encontrarse y retomar su vinculación con la vida y la divinidad.
Esta carta nos habla de la posibilidad de una crisis necesaria para encontrar nuestro lugar en el mundo, aunque esta nueva situación nos invite a dejar atrás lo conocido con todo lo que ello conlleva. Nos invita a la esperanza pues incluso en los momentos en que las dudas nos pueden inmovilizar ante nosotros se abre un camino de luz como sucede en la carta que nos indica que más allá se halla la solución a nuestros problemas y que hay luz al final del túnel.
La luna dentro del sol y el sol conteniendo la luna parece querer invitarnos a que reflexionemos y veamos que todo es uno y que nosotros guiados por nuestros sentidos lo separamos.
El loco está finalizando su peregrinaje por su existencia en la tierra y las lecciones que le quedan por aprender ya son menos. Está integrando una nueva visión que tras la fragmentación inicial y necesaria a través de la dualidad se está acercando al objetivo de conocerse a sí mismo y a los demás tornando su visión, en una mirada integradora y unitaria.