Texto escrito por Michael Harner Antropólogo. “La Senda del Chamán”:
L@s Chaman@s quienes en nuestro mundo occidental denominamos Curander@s y Bruj@s, son poseedor@s de Antiguas técnicas que utilizan para curar y procurar bienestar tanto a los miembros de la comunidad cómo así mism@s.
Curiosamente, estos métodos Chamánicos son similares en todo el Mundo; incluso entre pueblos cuyas culturas son tan distintas y están separados por Océanos y Continentes sin haber tenido ningún tipo de contacto.
El Chamanismo es una Gran Aventura mental y emocional, en la que l@s personas que acuden a ell@S y l@s Chaman@s participan en igual medida.
En el Chamanismo, la conservación de la propia energía es fundamental para el bienestar.
Al practicar estas técnicas los Chaman@s se trasladan de un Estado Normal de Conciencia (ENC) a un estado Chamánico de Conciencia (ECC). Carlos Castaneda lo define como realidad normal (lo habitual) y realidad no normal (lo no habitual). Los Chaman@s pueden trasladarse de un estado a otro a voluntad o de manera espontánea.
Texto de Claudio Naranjo:
Para ell@s la energía personal es básica para la salud en cualquier circunstancia de la vida.
Ser un chamán es un camino de auto-conocimiento y auto-sanación. El chamán – La chamana es una persona con heridas, que aprende a curarse así mism@ y así adquieren la capacidad de curar a otros.
Es un proceso natural y espontáneo. La vocación de ser chamán es muy parecida a la vocación de enfermarse… pues tiene que ver con la vocación del descontento… de no conformarse con lo que otros se conforman.
Un chamán – chamana, es alguien que siente demasiado sus heridas. Todos nacemos heridos por el impacto de nacer al mundo. La mayor parte de la gente se adapta, pero el chamán-chamana es el extremo contrario; tiene demasiado contacto con su experiencia. Y ese descontento, lo lleva a que no le quede otra opción que arreglarse el Alma, encontrando en ese camino cosas que otros no encuentran.
Desde el punto de vista de Leyre el Chamanismo le acompañó y le sigue acompañando a bucear en su oscuridad liberando y transformado cada célula de su cuerpo desde un estado de NO MIEDO, aunque tenga que revivir situaciones dolorosas como puede ser un abuso o una violación. Con la ayuda de sus tambores y cantos entra en un estado alterado de consciencia, pudiendo entrar con facilidad a cualquier recuerdo de su plano infernal y enfrentándose a los demonios que en ella quedaron atrapados en un pasado. Teniendo la oportunidad de poder volver a sentir a hasta su muerte aquello que no se permitió y volviendo a así a nacer de nuevo. Agradeciendo aquello que pasó en un pasado, no cambiando el escenario y sí la manera de mirarlo.
Leyre Zambrano Blanc “Mujer Árbol”
Francisco Javier García Las Heras “Hombre Sol”